Las algas verdeazules o Cyanophyta se caracterizan principalmente por la falta de membrana nuclear, una de las razones por la que se asocian a las bacterias. En estas especies, los cloroplastos se encuentran dispersos en el citoplasma. Como pigmentos fotosintéticos, poseen clorofila; también cuentan con otros pigmentos accesorios como las ficobilinas y los carotenoides. Son organismos de morfología variada, presentándose en forma solitaria o en agregados coloniales. Muchas de ellas segregan una cubierta mucilaginosa (Echenique & González, 1998). Las recolectamos a una profundida de entre 2.0 a 2.5 m, en áreas cercanas a los manglares. Se presentan abundantemente en agua salada y dulce. Algunas son capaces de vivir en ambientes extremos. Las Cyanophyta tienen gran importancia ecológica, ya que son las únicas capaces de retener nitrógeno atmosférico.
Dos nuevas especies de Cyanophyta del orden Haplosclerida fueron encontradas en hábitats abiertos de arrecife y manglar en la región de Bocas del Toro (Panamá) tienen una forma de crecimiento incrustante (unos pocos mm de espesor), crecen abundantemente en ambientes de arrecifes poco profundos y son de color púrpura oscuro de poblaciones densas Oscillatoria spongeliae. Haliclona (Soestella) walentinae sp. nov. (Chalinidae) es de color púrpura oscuro por fuera y de color canela por dentro, y puede distinguirse por sus pequeñas oscules con radiales canales transparentes El interior es bronceado, mientras que la consistencia es suave y elástica. La segunda especie es Xestospongia bocatorensis sp. nov. (Petrosiidae) es de color púrpura oscuro, por dentro y por fuera, y sus oscules están encima de pequeños montículos en forma de volcán y carecen de canales radiales. La esponja es desmenuzable y quebradiza. Se encuentra en coral vivo y escombros de coral en arrecifes, y ocasionalmente en raíces de manglarn (Diaz et al. 2007).
El extracto acuoso de cepas de Cyanophyta demostraron en bioensayos de cultivo de pepinos actividades similares a la auxina, reflejando un crecimiento, en la formación del cotiledón y en sus raíces (Stirk et al. 2002).